viernes, 21 de septiembre de 2012

A veces pienso: si hubiera elegido otro camino

A veces pienso: si hubiera elegido otro camino,
sin delantal, sin alboroto de niños.....

Mi vida sin tizas, sin cartulinas brillantes,
rodeada de otros matices, ¡Una vida sin disfraces!

¿Cómo seria yo, entonces, sin "pizarrones"
y sin sonrisas, sin saber contar un cuento, sin atar tantos cordones?
¿Podría entender los sueños, creería en la fantasía?
¿Sabría al mismo tiempo “sonar narices” y hacer caricias?
¿Podría aprender un juego sentada sobre el piso?,
¿Levantaría castillos?,
¿Sabría hacer una ronda?

Esta es mi vida, señores, la vida que yo elegí,
un mundo maravilloso donde todo es compartir.
Y estas dos manos que tengo,
que a veces parecen tantas,
son “actrices”, “bailarinas”, “titiriteras” y “curananas”.
Mi mundo es un colegio,
el aula es mi universo
¡Y los nenes y nenas que la pueblan, la razón de lo que siento!



Publicado por Daniela Batan

domingo, 2 de septiembre de 2012

Alfabetización

Saber leer y escribir es un derecho fundamental del ciudadano. Es res-
ponsabilidad de la escuela lograr que todos los alumnos ingresen a la cul-
tura escrita y se tornen lectores y escritores plenos. La escuela es el espacio
social privilegiado en donde se puede intervenir en la búsqueda de equidad
para promover la igualdad de los derechos de ciudadanía.
La enseñanza de la lectura y la escritura tiene como propósito esencial la
formación de lectores y escritores autónomos y para ello es imprescindible
crear condiciones didácticas desde primer grado que contribuyan a hacer de
cada alumno un lector crítico y un productor de textos que pueda adecuarse
a distintas situaciones de comunicación. La alfabetización comprende tanto
el aprendizaje del sistema de escritura como del lenguaje escrito en sus diver-
sos usos sociales.

El propósito de enseñar Lengua en la escuela es integrar a los alumnos al universo de la cultura oral y escrita, contribuyendo de ese modo a su formación como ciudadanos. Esto supone poner a disposición de los alumnos situaciones que favorezcan su real participación en la cultura letrada y el desarrollo progresivo de sus posibilidades de comprender el sentido y el contexto en que se produce el lenguaje así como de producir discursos orales y escritos pertinentes y fieles a sus propósitos. Para ello, las propuestas del área intentan preservar en la escuela el sentido que las prácticas de la oralidad, la lectura y la escritura tienen en la vida social.

Para aprender a leer y a escribir, los alumnos tienen que participar en situaciones múltiples de lectura y escritura, con finalidades, interlocutores y ámbitos de interacción diversos.

En ese contexto, asumimos que los niños son capaces de pensar acerca de la escritura aunque no todos lleguen a pensar lo mismo al mismo tiempo.

En la actualidad, se conoce que se alfabetiza mejor cuando:  

-          se permite interpretar y producir una diversidad de textos.

-           se promueven diversos tipos de situaciones de interacción con la lengua escrita;

-          se enfrenta la diversidad de propósitos comunicativos y de situaciones funcionales vinculadas con la escritura;

-           se reconoce la diversidad de problemas que deben ser enfrentados al producir un mensaje escrito (problemas de graficación, de organización espacial, de ortografía de palabras, de puntuación, de selección y organización lexical, de organización textual...);

-           se crean espacios para asumir diversas posiciones enunciativas delante del texto (autor, corrector, comentador, evaluador, actor...);

 

● la diversidad de niveles de conceptualización de la escritura permite generar situaciones de intercambio, justificación y toma de conciencia que no entorpecen sino que facilitan el proceso;

● y cuando asumimos que los niños piensan acerca de la escritura

 

La lectura es una práctica social; el lector se acerca a los textos con un propósito determinado y lleva a cabo un proceso de construcción del sentido en interacción con el texto, con otros lectores y con otros conocimientos:

“Siempre debe existir un objetivo que guíe la lectura, o dicho de otra forma, que siempre leemos para algo, para alcanzar alguna finalidad. El abanico de objetivos y finalidades por las que un lector se sitúa ante un texto es amplio y variado […] La interpretación que los lectores realizamos de los textos que leemos depende en gran medida del objetivo que preside nuestra lectura. Es decir, aunque el contenido de un texto permanezca invariable, es posible que dos lectores, movidos por finalidades diferentes, extraigan de él distinta información.”Isabel Solé. Estrategias de lectura. (1992: 21-22). GRAO.

Del mismo modo, escribir es una actividad con sentido; el texto se produce en un contexto sociocultural y comunicativo determinado, conlleva ciertos propósitos y se dirige a uno o a múltiples destinatarios. Como proceso, la escritura supone la puesta en juego de acciones y reflexiones de manera recursiva, colaborativa y controlada para la planificación, la textualización y la revisión de los textos.

Considerar a las prácticas sociales de lectura y escritura como un objeto de enseñanza y de aprendizaje le plantea a la escuela innumerables desafíos: es necesario asegurar los propósitos didácticos y, a la vez, sostener para los niños fines comunicativos claros relacionados con las intenciones que los llevan a leer y a escribir y con los destinatarios de sus escritos.

Finalmente, una de las características de las escuelas de hoy es la pluralidad cultural de los niños que alberga. Aceptar la diversidad en el aula lleva a quienes tienen la responsabilidad de enseñar a buscar formas de trabajo escolar donde las desigualdades no signifiquen desventajas para unos y ventajas para otros. Por lo tanto, se intenta lograr que:

● La diversidad de usos y formas del lenguaje sea valorada en la escuela como un factor fundamental de enriquecimiento lingüístico, en lugar de funcionar como motivo de discriminación cultural.

● La escuela se constituya en un ámbito propicio para que todos los alumnos lleguen a ser miembros activos de la cultura escrita, democratizando la participación en las prácticas de lectura y escritura.

Las funciones de Propp


Vladimir Propp se dedicó a estudiar las coincidencias de los cuentos maravillosos. En 1928 publicó su “Morfología del cuento”. En su investigación, Propp formula 31 funciones que equivalen a una relación de acciones que podemos encontrar en las narraciones de transmisión oral.

Las 31 funciones de Propp se pueden agrupar dentro del esquema básico de la estructura narrativa:

1. Principio (I-VI)

2. Nudo (VIII-XVIII)

3. Desenlace (XIX-XXXI)

Estas son las 31 funciones de Propp:

I. ALEJAMIENTO. Uno de los miembros de la familia se aleja de casa.

II. PROHIBICIÓN. Sobre el protagonista recae una prohibición.

III. TRANSGRESIÓN. Se transgrede o rompe la prohibición.

IV. INTERROGATORIO. El agresor o antagonista intenta obtener noticias.

V. INFORMACIÓN. El agresor o antagonista recibe información sobre la víctima.

VI. ENGAÑO. El agresor o antagonista intenta engañar a su víctima para apoderarse de ella o de sus bienes.

VII. COMPLICIDAD. La víctima se deja engañar y ayuda así a su enemigo, a su pesar.

VIII. FECHORÍA. El agresor o antagonista daña a uno de los miembros de la familia o le causa perjuicios.

IX. MEDIACIÓN. Se divulga la noticia de la fechoría, se dirigen al héroe con una pregunta o una orden, se le llama o se le hace partir.

X. ACEPTACIÓN. El héroe-buscador acepta o decide actuar.

XI. PARTIDA. El héroe se va de su casa.

XII. PRUEBA. El héroe sufre una prueba, un ataque, un interrogatorio…que le prepara para recibir un objeto mágico.

XIII. REACCIÓN. El héroe reacciona ante las acciones del futuro donante.

XIV. RECIBIMIENTO DE UN OBJETO MÁGICO. El objeto mágico pasa a disposición del héroe.

XV. DESPLAZAMIENTO O VIAJE. EL héroe es transportado, conducido o llevado cerca del lugar donde se halla el objeto de su búsqueda.

XVI. LUCHA O COMBATE. El héroe y su agresor se enfrentan en un combate.

XVII. MARCA. El héroe (herido) recibe una marca o señal (beso, pañuelo…)

XVIII. VICTORIA. El agresor o antagonista es vencido.

XIX. REPARACIÓN. La fechoría inicial es reparada.

XX. REGRESO. El héroe regresa.

XXI. PERSECUCIÓN. El héroe es perseguido.

XXII. SOCORRO. El héroe es auxiliado.

XXIII. REGRESO O LLEGADA DE INCÓGNITO. El héroe llega de incógnito a su casa o a otra comarca.

XXIV. PRETENSIONES ENGAÑOSAS O FINGIMIENTO. Un falso héroe reivindica para él el objeto con engaños.

XXV. TAREA DIFÍCIL. Se propone al héroe una tarea difícil.

XXVI. TAREA CUMPLIDA. La tarea es realizada.

XXVII. RECONOCIMIENTO. El héroe es reconocido.

XXVIII. DESENMASCARAMIENTO. El falso héroe, agresor o antagonista, el malvado, queda desenmascarado.

XXIX. TRANSFIGURACIÓN. El héroe recibe una nueva apariencia.

XXX. CASTIGO. El falso héroe o agresor es castigado.

XXXI. BODA. El héroe se casa y asciende al trono.

 

Algunas sugerencias:

Elaborando 31 cartas que contengan estas funciones, se pueden realizar una serie de juegos de reglas sencillas, que servirán para desarrollar la expresión oral o escrita, según las queramos utilizar.

1. Se mezclan las cartas, se saca una y a partir de ella se escribe una historia.

 

2. Se sacan del mazo 5 cartas al azar. Se colocan en orden de manera que pueda contarse una historia, (se puede dejar 1 ò 2 cartas y cambiarlas por otras). A continuación, se escribe la historia.

 

3. Se saca una carta del mazo y se empieza a escribir una historia. Para continuarla, se saca otra y se sigue escribiendo. Se continúa hasta haber sacado un mínimo de 5 cartas y un máximo de 10, siempre sacándolas una por una, no todas juntas.

 

4. Se reparten 5 cartas por persona. Cada una las coloca en orden de manera que pueda escribir una historia. Puede cambiar una o dos por otras, si lo desea. En lugar de escribir la historia, anota el orden que le dio a las cartas y se las pasa a su compañero/a de la derecha, que repite la operación. Después se comparan oralmente las historias que pensó cada uno.

 

5. En este juego pueden intervenir entre 4 y 30 participantes. El primer jugador saca una carta al azar y empieza a contar a todo el grupo una historia referida a la acción de la carta. Luego pasa el mazo al jugador/a de la derecha, quien saca otra carta y continúa la historia. Así, hasta el último jugador. Después, se escribe lo que se recuerda de la historia contada por todos.

 

6. En este juego hay dos participantes con un solo mazo. Cada uno saca una carta y escribe el comienzo de una historia con ella. Éste/a saca otra carta y continúa la historia que recibió del compañero/a. Cada uno sacará un mínimo de 3 y un máximo de 6 cartas.

 


Si vas a utilizar esta técnica, podés imprimir los dibujos de cada función de Propp en el siguiente enlace: http://www.midisegni.it/Esp/funciones_propp.shtml