Escri...Viendo caminos para iluminar senderos: abril 2015

martes, 14 de abril de 2015

Eduardo Galeano sembró eternidad en nuestras conciencias y en nuestros corazones con la esencia de las cosas simples y bellas.

Con las alas del alma

Ser maestro es vivir sintiendo profundamente las esencias de la vida por eso el maestro aprende y se enriquece cuando enseña, para esto debe ser capaz de tener siempre las alas del alma desplegadas al viento, más allá de sentir las injusticias, las complicaciones, las tristezas, las heridas, debe alzarse entre los escombros y abrazar la vida, por sí, pero sobre todo por los niños que aprenden su ejemplo. Los niños deben ver en la sonrisa del maestro la luz que iluminará su camino, la sonrisa del maestro les dirá que a pesar de todo la vida es hermosa.